Carlos Bracho
Vaya que la crisis nos está dando duros golpes al bolsillo y al alma y al espíritu. Con tantos problemas que se abaten sobre nuestra cabezas podemos decir que ya no quiero queso sino salir de la ratonera. Y sí, lectora insumisa, lectora no panista, hoy, más que nunca, nuestro Mexicalpan de las Ingratas se ha convertido en eso, en una vil ratonera. Por donde vea uno, a donde uno se haga o se mueva, allí saltarán los ratones, los de dos patas y los de cuatro. Ya ni las lluvias nos dan consuelo, ya ni el agua que cae del cielo no saca del marasmo al que nos ha sumido el descompuesto, entreguista y mal gobierno del señor que hoy habita en Los Pinos. ¿Que estamos en crisis? ¿Qué el cierre de negocios está presente? ¿Qué el dinero no alcanza ni para comprar tortillas? Sí, es cierto. Hay una horrible crisis financiera, moral y material y el morador de Los Pinos que dice que salvó a la humanidad, ahora aquí, en este nuestro México lindo y querido, le decimos que nos salve a nosotros, que empiece a correr a los y a las ineptas funcionarias que cobran enormes cantidades de pachocha, y que dentro de las medidas que tome, la más principal sea el rebajarse los sueldos y quitarse las primas y dar de baja a los guaruras y que los funcionarios ya no tengan autos de lujo y que no coman en restaurantes de un chorro de estrellas y que si lo hacen lo paguen de su dinero –pero una vez que se rebajen sus suelditos- y que los soldados se metan al cuartel, y que al crimen organizado lo combata rehaciendo la trama social, cultural y política desde abajo, desde la educación primaria y que corra a los jueces corruptos que dan amparos a los vendedores de chueco, a los rateros, a los policías y a los políticos. En fin que muchas cosas son las tareas que hay que hacer, pero el señor Calderón ni suda ni se abochorna. No da un paso firme para combatir la corrupción y sigue el mismo nivel de impunidad. Sí, ¡ay! por nuestro México y ¡ay! por los mineros y los estudiantes y los obreros sin dinero. Yo, de puritito coraje, me voy corriendo a Mi Oficina y abrazaré a María, le daré un beso y luego me echaré entre pecho y espalda unos tequilas y comeré un queso Cotija y unas enchiladas rojas y remataré con una frijolitos negros y unas tortillas azules. Sí, la penas con algo de comida adentro, son más llevaderas. Oiga, ¿qué mexicano votará por los cínicos panistas? Vale. Abur.