Los días se suceden en estas apetitosas cartas cuyos temas han sido abordados de manera
prolija, desmenuzados y en ocasiones desmesurados, siendo todas ellas odas al hedonismo. Los 48 días de deleite, 48 cartas narradas de manera única y elegante, han sido aderezadas de forma sistemática por un excelente gourmet, un guía que nos eleva a los cuernos de la Luna. Pero no es un simple voyerista, es un hombre de acción y temple: enamorado del amor, del vino, de las delicias culinarias; de la pasión por la vida y el gusto por los placeres mundanos entre ellos, naturalmente, de las bellas mujeres que se dan cita en este formidable arco iris de delicias epicúreas.
Con estilo epistolar, Bracho traza un bien ejecutado diario de andanzas y, como buen caballero aventurero, seduce y enamora a las bellas damas a su paso. Al lector, ingenuo e imprudente, lo redime con sus encantos, lo extrapola con sus artimañas de conocedor insoluto y lo invita a degustar gozos inimaginables.