Todos nosotros, los mexicas, ya no sentimos lo duro sino lo tupido. Sí, por todos lados nos llegan los golpes, los sinsabores, las torturas, los robos, los asesinatos, los secuestros. Por un lado los orondos diputados y senadores que no nos representan para nada y que se dedican a avalar los golpes culturales y financieros que los calderonistas nos inflingen día a día. Eso por un lado, porque por el otro, si llueve fuerte y soplan vientos huracanados, las casas que caen, los deslaves que arrasan todo lo que encuentra a su paso, las víctimas son la gente pobre. Y si hay una crisis financiera los dueños de la charola del dinero despiden a obreros y trabajadores, ellos, los ricototes tienen tanta fortuna que sus bolsillos no lo sufren. Y si la economía mexica se hunde, el hundimiento lo padecemos todos los de abajo, nos suben impuestos, nos cobran más por el gas, por el diesel, por el agua y por la luz. A los de arriba no los toca el señor que habita en Los Pinos. Y desde luego, la clase en el poder no rebaja, ni por asomo, sus salarios, ni sus bonos ni sus fondos ni sus dólares ni sus euros. Y los de abajo a apechugar con las políticas saqueadores e injustas de la clase gobernante. Y si protestan los maestros, y si los obreros quieren hacen una huelga, y si los campesinos piden apoyos para el campo, los toletes de los policías entran en acción, y claro, los jueces a dictar órdenes de aprehensión en contra de esos desarrapados y malagradecidos hombres y mujeres de la raza de bronce. Total, el pueblo a pagar los platos rotos de los panistas y de los prisitas. Y como al perro más flaco se le suben las pulgas, y como a los paisas el gobierno casi fascista que padecemos los tratan como ciudadanos de cuarta, yo, por lo pronto, para no tragar más corajes, para tratar de soportar el derroche y las frases huecas y cínicas de los candidatos a los puestos de la elección del próximo mes, me voy corriendo a donde ustedes, lectoras insumisas ya saben: a Mi Oficina, y allí con mis tequilas y con mi queso Cotija y mis frijoles y mis tortillas de máiz morado y las canciones de Chava Flores y José Alfredo Jiménez, tratar de olvidar las traiciones y violaciones que a la Constitución le hacen los pripanistas. Sí, le diré a María que me sirva la otra, y que ponga la rocola a todo volumen. Y a esperar que la raza reaccione y saque a patadas a los que nos engañan y hunden en el fango político, ¿no? Vale. Abur.